Santísima Madre del Cielo, te ofrecemos nuestro humilde trabajo en aras de la Evangelización, ofreciéndonos a acompañarte en la peregrinación que necesitas realizar a los hogares, colegios, instituciones, hospitales, centros de detención y todos los lugares de nuestros pueblos y ciudades, para mostrar con tu infinita bondad, tu sencilla condición, tu Santa belleza y tu apostolado ejemplar, la alegría de haber sido escogida para ser la Madre de Dios.
Esperamos con tu ayuda escalar montañas, cruzar valles y desiertos, navegar ríos y mares, llevándote como sagrada reliquia en nuestros frágiles hombros, para conquistar con trabajo, oración y constancia esos corazones que necesitan de tu amor maternal, para cobijarse en ti y descubrir, a través de tu entrega maravillosa y desinteresada, el más sublime ejemplo de amor, el cual nos permitirá abrir las puertas de los desvencijados corazones para que nuevamente entre la luz, y junto al calor del sol, y con el milagro del Agua Viva sobre esas semillas dormidas, se produzca el nacimiento de las nuevas flores, de los nuevos campos, de la primavera del amor y que nos permitirá, finalmente, conducir a tantas almas desoladas y tristes a la Gloria eterna de Dios Padre, por los siglos de los siglos.Amén.
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