El Viernes 2 de Noviembre de 2018, vivimos esa dolorosa experiencia de despedir a una Hermana Misionera de Marìa, fiel servidora de la Mater y gran instrumento de Evangelización que dió tanto de su tiempo y juventud, de su esfuerzo y cariño a la desinteresada obra de trabajar en el silencio para Maria, la Madre del Señor. Ella fue también en alguna oportunidad sirvió como "Coordinadora de la Campaña", y todos sabemos de su eficiente trabajo y de su seriedad en mantener los caminos transparentes y abiertos para la Misión.
Cuando comenzó su VIA CRUCIS personal con esa enfermedad que tantas vidas se lleva cada día, no dejó de asistir a las actividades de Oración de los Jueves, tuvo la gran fortuna de estar siempre acompañada de su esposo Alfonso y siempre estuvo dinámica y agradecida, con ausencias cortas Por sus quimioterapias, por su pérdida de cabello, pero de pronto apareció majestuosa y radiante de la mano de la Mater para vivir los últimos meses de su vida llena del amor de Dios, y siempre arrodillada en el Santuario para pedir del Señor su "SANTA VOLUNTAD".
Dicen que las personas cuando se mueren, es menester decir que "eran buenas". En verdad Sonia lo era, pero no se callaba lo que no le gustaba. En lo personal tuvimos esas diferencias de ideas y opiniones que en nada nos separaron como hermanos de Maria, todo lo contrario, aprendí a conocerla y a saber de ella de su carácter, pero sobretodo de su convicción y convencimiento del servicio que ella prestaba a la obra. A ella le debemos la labor inmensa que cada año se reactiva como lo es el acercamiento de los Peregrinos de la Línea 116, que ya son parte de nuestras tradiciones anuales del Santuario,y que llegan cada mes de Octubre con todas sus familias y vehículos a ofrecer sus oraciones y a solicitar la bendición para sus choferes y por supuesto una protección divina a su trabajo.
En lo personal fui misionero de Maria, iniciado en el tiempo de la coordinaciòn de nuestra querida Hermana Zahira, que me invitó a peregrinar y con quien hicimos grandes tareas. Anduvimos en colegios, en Hospitales, en el centro del Càncer y en muchos lugares, Universidades, Capilla. De ella recibí la preparación para la Alianza de Amor con Maria y fue en una hermosa ceremonia en el Santuario en que el Padre Jaime Salazar me bendijo y me permitió participar en esta obra de la cual estamos todos muy agradecidos por que si bien somos "aves de paso", la obra permanece y en eso quiero agradecer a Dios la bendita oportunidad y poder también agradecer a todas quienes me dieron tantos ejemplos que conservo en mi corazón. Siempre las fotos reflejan lo que vivimos. Estas fotos son tristes. Antes de partir a su lugar eterno de descanso, la ciudad de Calama, quiso despedirse en un ultimo Adiòs en el Santuario y quienes tuvimos la tristeza de despedirla la acompañamos y estaremos siemre con ella en nuestro corazón.
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